A diferencia de la vitamina C, cuyo exceso se elimina por la orina, el nacionalismo se adhiere como el colesterol a las paredes de los vasos sanguíneos y dificulta el riego cerebral. Seguir leyendo
A diferencia de la vitamina C, cuyo exceso se elimina por la orina, el nacionalismo se adhiere como el colesterol a las paredes de los vasos sanguíneos y dificulta el riego cerebral. Seguir leyendo